sábado, 1 de septiembre de 2007

Flores en la esquina

Como de costumbre el chico va hacia una ventanilla más, cargadas las manos y sudada la espalda se acercó, ésto considerando que siempre a medio día el sol de la República es lo bastante caliente como para que sea posible freír un huevo en el pavimento, simplemente con la idea de ofrecer su producto a otro cliente potencial y sin pensar quizás que esto podría resultar en una extraña coincidencia tanto para él cómo para el caballero que ocupaba el lujoso auto que tenía en frente, pues como era de esperarse, éste rechazaría una vez más la oferta absurda de alguien que vende Flores en la esquina de un semáforo a medio día.